
Seguro que alguna vez has escuchado (o incluso dicho) frases como "la vida son etapas" o "la historia siempre se repite". Más allá del cliché, estas afirmaciones reflejan una gran verdad: la naturaleza y nuestro planeta funcionan a través de ciclos. Gracias a la ciencia, podemos comprender fenómenos cíclicos como el movimiento del sol y la luna, el cambio de estaciones o el ciclo del agua. Estos procesos siguen patrones concretos, generalmente predecibles y constantes.
Lo mismo ocurre con el cuerpo humano y el llamado ciclo de la vida: nacemos, crecemos, nos reproducimos (o no) y, finalmente, morimos. Sin embargo, no solo nos afecta el inevitable paso del tiempo, sino también otros ciclos que experimentamos en distintas etapas de nuestra vida. Algunos ejemplos son el ciclo salud-enfermedad, cuando enfermamos y nos recuperamos; las fases del sueño, que regulan la calidad de nuestro descanso; o incluso los cambios hormonales que influyen en nuestro bienestar físico y emocional.
Si bien estos ciclos forman parte de la experiencia humana en general, podemos decir que su impacto puede percibirse con mayor intensidad en las mujeres, como es el caso del ciclo menstrual, cambios hormonales más marcados, la menopausia, o el embarazo. Lamentablemente, a lo largo de la historia se han investigado en menor grado estos procesos, y todavía carecemos de herramientas tanto a nivel educacional como a nivel de salud para identificarlos, comprenderlos y conocer cómo podemos actuar frente a ellos.
El uso de remedios naturales ha acompañado a las mujeres a lo largo de la historia, ya sea por la falta de otros métodos, por tradición o por su efectividad comprobada. Con el avance del conocimiento, hoy podemos confirmar que muchas plantas pueden ser grandes aliadas para gestionar los cambios y síntomas que experimentamos en diferentes etapas de la vida. En concreto, como especialistas en aromaterapia, hablaremos de cómo el uso de los aceites esenciales, con sus interesantes propiedades terapéuticas, pueden acompañarnos en cada etapa, ayudando a equilibrar el cuerpo y la mente. A continuación, te presentamos una pequeña guía práctica para distintas situaciones en las que su aplicación tópica, en la piel, o inhalatoria, puede resultar muy efectiva:
Síndrome premenstrual y menstruación
Los síntomas del síndrome premenstrual y la menstruación varían significativamente entre mujeres. Aunque según las expertas en el ámbito, la mejor estrategia es intentar controlarlos mediante una alimentación equilibrada, técnicas de relajación, ejercicio y descanso, es común experimentar malestar tanto a nivel emocional en los días previos como dolor menstrual, también llamado dismenorrea.
Dolor menstrual: mezcla 8 gotas de aceite esencial (AE) de salvia esclarea y 8 gotas de AE de mejorana en 9 ml de oleato de hipérico. Aplica 5 gotas de la mezcla en el bajo vientre y masajea suavemente 2 o 3 veces al día al notar las primeras molestias. En casos de endometriosis o cáncer estrógeno-dependiente, puedes sustituir la salvia esclarea por AE de lavanda. También puedes utilizar AE de bálsamo de copaiba o de manzanilla romana como alternativa.
Tristeza, cambios de humor y ansiedad: realiza inhalaciones profundas durante 3-5 minutos con AE de bergamota, yuzu o salvia, aplicando 8 gotas en un aromastick. También puedes usar un difusor.
Embarazo
El embarazo es una etapa en la que surgen muchas dudas sobre qué productos pueden utilizarse para el bienestar. Es esencial contar siempre con supervisión médica, pero existen opciones seguras para aliviar molestias comunes.
Náuseas, estrés y estado de ánimo: diluye 4 gotas de AE de limón en 9 ml de aceite vegetal (jojoba, albaricoque, almendras, etc.) y realiza inhalaciones periódicas durante 3-5 minutos. También puedes utilizar un aromadifusor para dispersar el aceite esencial en el ambiente.
Menopausia
La disminución brusca de estrógenos genera un desequilibrio hormonal que puede provocar sofocos, sudores nocturnos, insomnio y reducción del apetito sexual.
Estrés, tristeza y disminución de la libido: realiza un masaje con 6 gotas de AE de ylang ylang mezcladas en 9 ml de aceite vegetal de jojoba. Si el aroma resulta demasiado intenso, puedes combinar 3 gotas de ylang ylang con 3 gotas de yuzu.
Sofocos y sudoración: aplica 8 gotas de AE de salvia esclarea en un aromastick e inhala cuando lo necesites. También puedes pulverizar hidrolato de rosa o de menta piperita sobre el rostro, escote y cuello para una sensación refrescante.
Pérdida de memoria, niebla mental: añade 6 gotas de AE de romero cineol + 2 gotas de AE de limón en un aromastick, y realiza 2 inhalaciones diarias profundas, durante 5 minutos.
Esperamos que esta guía sea tu compañera en cada ciclo, ayudándote a comprender y armonizar tus síntomas de una manera natural y consciente. Conocer y escuchar a tu cuerpo es el primer paso hacia un mayor bienestar, donde el autocuidado se transforma en instantes de paz, equilibrio y crecimiento personal
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